Scarlett Palacios no se define por un solo rol. Es abogada de formación, creadora de contenido por vocación y estratega de marketing por elección. En su vida, el cambio no fue un obstáculo, sino el camino natural para descubrir su propósito.
“Soy amante del cambio. Me gusta sorprenderme todos los días; soy cero rutinaria, y eso me ha llevado a lugares increíbles.”
De ejercer leyes a moverse en marketing político, y de ahí a construir estrategias en el sector médico, Scarlett ha demostrado que reinventarse no es perder el rumbo, sino ampliarlo.
Hace más de 13 años, cuando el término “influencer” aún no existía, comenzó compartiendo su día a día como modelo en certámenes de belleza. Lo que empezó como un hobby se convirtió en una comunidad.
“Empecé a notar que las niñas me preguntaban cómo llegué a una pasarela o dónde compraba mi ropa. Ahí entendí que podía inspirar desde mi vida cotidiana.”
Su incursión en el emprendimiento llegó temprano, con apenas 17 años, cuando organizó un evento con @Bárbara de Regil en Puebla. Fue una experiencia que le enseñó lo que nadie dice del mundo empresarial: impuestos, permisos, inversión y presión real.
“Entendí que muchos no emprenden por desconocimiento, no por falta de ideas. Emprender no es soñar: es estructurar, arriesgar y aprender.”
De esa vivencia nació Hazlo Chingón, una plataforma pensada para acompañar a jóvenes emprendedores. Su nombre surgió, literalmente, en un Starbucks, tras escuchar la frase que marcaría su filosofía:
“Si lo vas a hacer, hazlo chingón.”
Desde entonces, esa ha sido su manera de trabajar: sin medias tintas, sin excusas.
Scarlett confiesa que su playlist cambia según el momento. Para trabajar, prefiere los beats de Carin León o Morat. Para celebrar, David Bisbal es infaltable.
Y si hay una canción que define su modo rockstar, es “Dancing Queen” de ABBA.
A lo largo de la entrevista, hay una palabra que Scarlett repite sin cansancio: constancia.
Para ella, no hay éxito sin disciplina. Ni en el contenido, ni en los negocios, ni en la vida personal.
“Si no eres constante, nada pasa. En el trabajo, en la dieta, en el gimnasio o en ser mamá. Todo en la vida se logra con constancia.”
Su visión puede sonar simple, pero es profundamente real. Scarlett no se vende como una figura idealizada; se muestra humana, consciente y trabajadora. Y eso, precisamente, la hace destacar en un ecosistema digital donde abundan las apariencias.
Ser mamá fue mi mayor sueño.
Convertirse en mamá no la detuvo. La transformó.
Hoy, Scarlett habla con madurez sobre el equilibrio entre lo profesional y lo emocional.
“Ser mamá fue mi mayor sueño. Es mi mejor trabajo, mi mejor fin de semana. Pero no es fácil: necesitas estar 100% convencida.”
Aprendió a apagar el switch digital cuando lo necesita. A disfrutar una cena, una fiesta o una tarde con su hijo sin depender del algoritmo.
“Me gusta estar presente. Ese es mi mejor regalo para la gente que amo.”
Scarlett ya no planea su vida en plazos largos. Vive el presente con intensidad. A futuro, se ve consolidando su familia, creciendo profesionalmente y —siempre— disfrutando el proceso.
“Disfruto tanto el día a día que no quiero pensar más allá. Solo sé que quiero ser feliz donde esté.”
que practican un ritual diario simple (como tomar café o escuchar música) reportan mayor bienestar emocional.
que practican mentalidad flexible logran mantener su productividad durante momentos de estrés.
que mantienen una rutina constante al menos 6 meses seguidos logran resultados sostenibles